Personal de respuesta practica para tratar víctimas en masa en el Hospital de Bayamón

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192
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junio 2, 2018

BAYAMÓN, Puerto Rico – El escenario de práctica: Un auto chocó con un camión tanque que llevaba cloro líquido en la Carretera 167 en Bayamón, el viernes por la mañana, donde murieron tres personas y decenas resultaron heridas. El accidente a las 7 a.m. ocasionó una reacción en cadena en la congestionada carretera y que el camión tanque se incendiara y liberara nubes de gas de cloro que rápidamente cubrieron un área de 5 millas cuadradas. Por lo menos 50 víctimas fueron transportadas al Hospital Universitario Dr. Ramón Ruiz Arnau para recibir tratamiento. Cientos de otras personas fueron desalojadas de las viviendas y negocios del área.

Alrededor de 120 rescatistas y líderes del campo de la salud participaron en el curso de adiestramiento de cuatro días que culminó con el ejercicio de víctimas en masa el viernes. El mismo fue ofrecido por el Negociado de Manejo de Emergencias, el Departamento de Salud, la Universidad de Puerto Rico, el Centro de Preparación Doméstica y el Departamento de Asuntos de los Veteranos.

Es la primera vez que se ofrece el curso de “Adiestramiento de Respuesta a Emergencias en Hospitales para Incidentes de Víctimas en Masa” fuera del centro de Anniston, Alabama.

El Dr. Héctor Colón Cruz, un instructor contratado por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y que trabaja en el hospital, fue instrumental para realizar el ejercicio de adiestramiento para víctimas en masa en el hospital. Vio cuán eficaz fueron los ejercicios en Anniston e indicó que inmediatamente pensó cómo se podía beneficiar la comunidad médica de Puerto Rico.

“Lo que aprendemos en cuanto a las decisiones tomadas sobre cómo manejar pacientes (y) la respuesta adecuada a las situaciones de contaminación… tiene un valor incalculable”, dijo Colón Cruz.

Para representar el mundo real del simulacro de víctimas en masa, se improvisó una zona de tratamiento de emergencia en los predios del hospital. Se dividió el área en filas para canalizar rápidamente a las víctimas según llegaban a las zonas de descontaminación, evaluación y emergencia dentro de carpas amarillas. Dentro del hospital, había un centro de operación de emergencia, áreas de evaluación y tratamiento, camillas y hasta un estudio para informar a los medios.

Los estudiantes demostraron sus destrezas como trabajadores del campo de la salud y emergencia mientras voluntarios y maniquíes simulaban ser las víctimas. Aprendieron a trabajar con las autoridades, víctimas y familiares, los medios y el público mientras manejaban las crisis que surgían en un hospital en el que los recursos estaban sobrecargados.

La respuesta: Los trabajadores de la salud se vistieron con sus trajes de materiales peligrosos color crema y sus capuchas blancas herméticas con respiradores. Además, usaban botas de goma amarillas para protegerse los pies. Según llegaron a las puertas del hospital, los gritos de pánico de las víctimas competían por su atención. Algunos permanecían inmóviles e inconscientes en camillas sobre la grama.

Tabitha, de 22 años de edad, del estado de New Jersey, sufrió una lesión en la cabeza y quemaduras. Vestida con una camiseta blanca manchada con sangre artificial, esperaba que la trataran bajo el sol a 87 grados de temperatura.

“¿Mi mamá, dónde está mi mamá… alguien sabe dónde está? Me pica. Me arden los ojos. Me arden los brazos”, gritaba Tabitha.

José, un oficial de seguridad de un centro de diagnóstico y tratamiento en Arroyo, hizo el papel de un miembro del personal de respuesta que atendía a un joven de aproximadamente 20 años de edad, débil por la pérdida de sangre. “Estaba deshidratado, fatigado. Tenía lesiones en los brazos por el cloro, tosía horriblemente y estaba muy angustiado”, dijo. “Tenemos que parar la sangre, ponerle un vendaje y llevarlo a cirugía”.

Jose dijo que el ejercicio le causó un poco de ansiedad, pero, esa pasión por ayudar a los demás, le trae fortaleza. “Debido a eso, me siento que tengo más capacidad, más capacidad para manejar cualquier situación que enfrentemos”.

Colón Cruz espera que este primer ejercicio inspire a otras instalaciones médicas en Puerto Rico a hacer lo mismo. “Mientras más personas se adiestren, mejor será nuestro servicio”, dijo él.

El Coordinador Federal de FEMA, Michael Byrne, encargado de las operaciones de respuesta y recuperación en Puerto Rico, dijo que no hay nada que sustituya un adiestramiento práctico en la preparación para emergencias.

“Este ejercicio permanecerá por muchos años en la memoria de las personas que participaron”, dijo Byrne.
Para información sobre la recuperación de Puerto Rico del huracán María, visite fema.gov/es/disaster/4339

La asistencia de recuperación por desastre está disponible, sin distinción de raza, color, religión, nacionalidad, sexo, edad, discapacidad, dominio del inglés o situación económica. Si usted o alguien que conozca ha sido discriminado, llame libre de costo a FEMA al 800-621-3362 (oprima 2 para español) (voz, 711/VRS- Servicio de Retransmisión por Vídeo). Operadores multilingües disponibles. Para TTY llame al 800-462-7585.

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